PRÓLOGO
XXV
Diremos que uno de los casos en que hemos con
siderado bien usar de los determinantes es el que dá
la distancia general de un punto á un plano, en el
cual hemos seguido al Dostor hasta el punto en que
no interviene el seno del triedro que forma la terna
oblicua de planos. Hemos continuado adoptando
esta última ecuación en determinante al caso de la
terna ortogonal, y al caso de la distancia del plano
aloríjen, casos que porotra parte, son los más usua
les en la práctica.
Las cuádricases el argumento de la cuarta parte
que se sub-divide en tres capítulos.
Del propio modo que al tratar de las cónicas se ha
adoptado la notación inglesa de la ecuación general
con los mismos coeficientes empleados en Dostor.
Se inicia el estudio de las cuádricas, formando las
condiciones necesarias que la individúan, las que se
aplican á los casos particulares de una que pasa por
nueve puntos, yá una esfera que pasa por cuatro;
útiles aplicaciones de los determinantes sentados si
guiendo al D’Ovidio (1).
En el segundo capítulo se opera la reducción de la
ecuación general por consideraciones sobre el centro
y los planos diametrales.
Remarcamos que el cálculo de este centro lo hemos
estimado siguiendo el mismo procedimiento ejercido
en las cónicas llegando á espresar las coordenadas
de aquel en función de los menores del descriminan
te del primer miembro de la ecuación general.
1—D’Ovidio Las superficies del segundo grado,